La Tierra es un planeta con diversidad de ambientes. ¿O deberíamos decir “múltiples formas de matarnos”? Todos sabemos que la naturaleza, así de sabia e interesante como es, también puede atentar contra nosotros. Desde los climas más extremos, hasta la fauna más amenazante y los más curiosos fenómenos naturales, te presentamos aquí esos rincones del mundo en los que es altamente probable que mueras.
Valle de la Muerte, EEUU
Comenzamos por lo más obvio y nos vamos a Death Valley en California, ubicado en uno de los desiertos con las temperaturas más altas del mundo. Tan sólo el pasado 16 de agosto, el Valle de la Muerte registró un nuevo récord de 54.4ºC, contra la marca anterior de 53.8°C en 2013. Está en disputa si los 56.7ºC de 1913 fueron bien medidos.

Pero qué diferencia hace, ¿no? Es evidente que, de todas formas, perderte aquí te conduciría a una muerte segura por un golpe de calor o deshidratación. Como si esto fuera poco, el Valle también es el hogar de viudas negras, escorpiones y serpientes de cascabel, conocidas como las más venenosas de Norteamérica.

Isla de la Quemada Grande, Brasil
Y hablando de serpientes: el segundo puesto lo ocupa la famosa “Isla de las Cobras”, en las costas de San Pablo, la cual recibe este nombre porque en ella habitan unas 4000 serpientes de diversas especies. Una de ellas, la Bothrops insularis, sólo se encuentra en esta isla.

Es uno de los lugares más peligrosos de Brasil , puesto que la mayoría de estos reptiles son venenosos. Por este motivo, está prohibido el acceso a la isla sin autorización.

Lago Nyos, Camerún
¿Buscas lugares peligrosos en África? ¿Qué te parece un lago asesino?

El lago Nyos (también llamado lago Nwi) reposa en un cráter volcánico y es famoso por haber matado a 1700 personas y 3500 animales en la noche del 21 de agosto de 1986. Tras una explosión cerca de las 9 pm (hora local), soltó una nube tóxica de dióxido de carbono, de 50 metros de espesor, que se extendió a 100 km/h por un radio de 25 km.

La mayoría de los habitantes de las aldeas de Cha, Nyos y Subum, murieron mientras dormían, asfixiados por ese gas.
El fenómeno natural que desencadenó la tragedia se conoce como erupción límnica. Para evitar que se repita, en 2001 se instalaron tuberías para desgasificar el lago. Sin embargo, el miedo a que vuelva a ocurrir una explosión de CO2 todavía está.

Además, en época de lluvias, el lago genera inundaciones.
Great Barrier Reef, Australia
La Gran Barrera de Coral es uno de los lugares más peligrosos de Australia, y como en tantos otros casos, la culpa la tiene la fauna tan amigable de ese país.
En este arrecife de 2600 km de largo habita la serpiente marina listada, que aunque no es tan agresiva, tiene un veneno neurotóxico y miotóxico más potente que el de la mismísima mamba negra.

La Gran Barrera también hospeda al pez piedra, que sí, parece una piedra: pero no vayas a pisarlo, porque liberará un poderoso veneno capaz de matarte dolorosamente en menos de dos horas.

Por último, tenemos la medusa cofre o avispa de mar, la más venenosa de su especie y uno de los animales más mortales del mundo en general. Un solo roce de sus tentáculos puede hacerte pasar por terribles dolores y calambres musculares por un día entero, y una picadura puede matarte de un paro cardíaco en menos de tres minutos. Antes de eso, no obstante, sufrirás una monstruosa hinchazón, náuseas y vómitos, bradicardia, posible gangrena y dificultad para respirar.

Atolón Bikini, Islas Marshall
En apariencia, el atolón Bikini no es muy diferente de otras islas paradisíacas del Pacífico. Cuenta con hermosas playas de aguas cristalinas y un clima tropical cálido que te permitiría nadar en ellas todo el año. Excepto porque la zona tiene niveles de radiación más altos que los de Chernobil, y si estuviera habitado, sería uno de los lugares más peligrosos del mundo para vivir.

La radiación proviene del estallido de 67 bombas que los Estados Unidos tiraron en el atolón cuando fue territorio de pruebas nucleares entre 1946 y 1958. Por entonces, vivían 167 indígenas en Bikini, quienes antes de los lanzamientos, fueron reubicados en otras islas con la promesa de que sólo sería algo temporal.

Sin embargo, todos los intentos de los nativos por regresar a Bikini fracasaron, pues las alteraciones en la salud relacionadas con la radiación los obligaron a retirarse de nuevo. Las pruebas también han afectado a poblaciones cercanas, especialmente con cáncer de tiroides y leucemia.

Se cree que la contaminación en el atolón es prácticamente irreversible, pues algunas bombas lanzadas allí fueron más potentes que las de Hiroshima y Nagasaki.
Pozo de Darvaza, Turkmenistán
Este cráter es internacionalmente conocido como “la puerta al infierno” por su interior de 30 metros de profundidad, el cual arde en llamas desde 1971.

En ese entonces, un grupo de geólogos soviéticos que buscaban petróleo en el desierto de Karakum encontraron por accidente esta cueva de gas natural. Para evitar un posible efecto tóxico del gas en los alrededores (el pozo está a pocos kilómetros del pueblo de Darvaza), optaron por quemarlo, pensando que las reservas se agotarían en unos días. No fue así.

Debido a la cantidad de combustible que alberga la cueva, el fuego continúa encendido hasta nuestros días, y es una atracción turística habitual en los tours turcomanos.

Desierto de Danakil, Etiopía / Eritrea / Yibuti
Considerado por National Geographic “el lugar más cruel de la Tierra”, este desierto africano tiene una temperatura media de 50ºC y formaciones de sulfuro, sal y azufre, que le dan un color característico y liberan gases altamente irritantes para las vías respiratorias.

En el cráter de Dallol, la actividad geotérmica eleva la temperatura del agua hasta los 100ºC (es decir, el punto de ebullición). También hay varios volcanes en este desierto, como el Erta Ale o el Dabbahu, ambos activos.

La zona está únicamente habitada por el pueblo nómada afar, que comercia con la sal que extrae de este terreno. Se dice que son las únicas personas capaces de soportar el calor del desierto de Danakil.
