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Las ocasiones en que las aves nos sorprendieron con su inteligencia

La viralización de la historia del “Escuadrón de liberación agapornis”, como les llaman en una localidad de España a tres pequeños loros de esa especie que buscan y abren las jaulas de sus pares para liberarlos, nos enfrenta nuevamente con el neuromito de que los cerebros pequeños no pueden albergar mucha inteligencia y/o habilidades complejas. ¿En qué otros casos las aves nos han dejado entre la risa y el asombro? 

escuadrón liberación agapornis
La historia de los agapornis que “rescatan” a sus compañeros se viralizó en Twitter el pasado 7 de octubre.

La inteligencia de los loros

Que los loros hablan no es ninguna novedad. Pero ¿sabías que no sólo imitan? Algunos han aprendido a utilizar el lenguaje al mismo nivel que los humanos en sus primeros años de vida, aunque para eso han precisado mucho entrenamiento.

Es el caso de Alex y su sucesor Griffin, dos loros grises africanos, parte del programa Avian Learning Experiment de la psicóloga estadounidense Irene Pepperberg. 

En el transcurso de 31 años, Alex aprendió a distinguir objetos, colores y formas, y respondía correctamente a las preguntas de la investigadora (“¿qué es esto?”,”¿de qué color es?”, “¿qué forma tiene?”) en un 80% de las ocasiones. Luego empezó a utilizar esas palabras para pedir cosas, como una fruta específica, y si se le daba otra, no la aceptaba.

loro alex
Fuente: lafeber.com

Aprendió de su entrenadora a decir “no”, y al relacionar la palabra con la negativa, empezó a usarla de manera funcional, para rechazar objetos (juguetes, comida que no se le antojaba) o negarse a “trabajar”, incluso pronunciando la frase “wanna go” (quiero irme) para pedir que terminaran con la sesión. 

También sabía decir “I’m sorry” (“Lo siento”), pero lo curioso es que no era algo que repitiera al azar, sino cuando lo regañaban. Esto insinúa que conocía el uso “real” de la oración (solicitar disculpas). 

Griffin, su sucesor (Alex murió en 2007), tiene esas habilidades y otras, como gritar “Come here!” (“Ven aquí”) cuando no quiere que lo dejen solo. Según los científicos, se calma cuando le dicen que volverán enseguida, o en cierta cantidad de días, ya que sabe contar hasta ocho.

loro griffin

Asimismo, aprendió el concepto de “veterinario” y el nombre de la doctora que lo atiende, y como no es algo que disfrute, en el laboratorio aseguran que no pueden mencionarla sin que Griffin se vuelva loco. 

Loros malhablados

Los pericos no sólo pueden aprender de nosotros, sino también de sus compañeros. Así lo comprobaron el mes pasado en una reserva ecológica de Inglaterra, cuando debieron separar en distintos aviarios a cinco loros que no dejaban de enseñarse insultos los unos a los otros, y hasta se reían de ello, incentivándose mutuamente a continuar. 

Lincolnshire Wildlife Park parrots
Las fotos de los loros malhablados fueron compartidas en la cuenta oficial de Instagram del Lincolnshire Wildlife Park

Se cree que las risas las copiaron de los miembros del personal de la reserva, quienes los escucharon primero, cuando el parque estaba cerrado debido al coronavirus. Pero el uso que finalmente le dieron fue más allá de la imitación: los animales relacionaron los insultos con la risa, y a esta, la interpretaron como una reacción positiva, por eso uno insultaba, otro reía, y así, no paraban más. 

Finalmente, fueron llevados a convivir con otras aves, con el objetivo de que aprendan otros sonidos y palabras menos malsonantes. La mayor preocupación de Steve Nichols, el director de la reserva, es que ocurra al revés, y los loros que profieren obscenidades enseñen a la nueva colonia a hacerlo. “Si terminamos con 250 pájaros que insultan, no sé qué vamos a hacer”, dijo el hombre.

Los cuervos, los más listos (y agradecidos)

Los cuervos son considerados los más inteligentes del planeta, y también imitan sonidos, como los loros (a veces, incluso, mejor que ellos). Un estudio reciente indica que tienen conciencia de sí mismos, y otros, que pueden utilizar herramientas.

Crow with tools
Foto: Sarah Jelbert

En 2019, se viralizó la historia de Stuart Dahlquist, un hombre de 56 años de edad que alimentaba a una familia de cuervos, y recibió a cambio varios regalos. El primero, dos ramitos con un anillo de lata de refresco en la base, fue calificado por Dahlquist como una obra de arte, por el hecho de que los animales combinaron dos elementos para “embellecer” el obsequio.

Crow gift

Pero no era la primera vez que una familia de cuervos se mostraba agradecida con un humano. Gabi Mann, de Seattle, tenía 8 años en 2015, y llevaba 4 alimentando a estas aves de manera cada vez más rutinaria. 

Katy Sewall, la madre de Gabi, cuenta que ellos ya sabían que les llenaría un comedero con cacahuates, y esperaban pacientes, posados en los cables telefónicos. Poco después empezaron a devolver los “favores” en forma de pequeños presentes que van desde pendientes y cristales de botellas rotas, hasta tuercas y tornillos, botones y una pieza de Lego. Objetos que los expertos creen que llamaban la atención de los cuervos porque son brillantes.

Crow gifts Gabi Mann

 La señora Sewall afirma que incluso los cuervos le devolvieron la tapa del lente de una cámara, que había perdido. Las imágenes de una cámara de la casa que da al patio muestra a uno de los pájaros “enjuagando” la tapa en la piscina, donde ella la encontró.

Puro prejuicio

Las palomas comunes tienen un nivel de inteligencia superior al que cualquiera esperaría de ellas, dada la fama que tienen. 

En 2012, un estudio neozelandés determinó que las palomas son capaces de razonar numéricamente, cuando en el curso de un año, lograron enseñar a tres de ellas a “contar” hasta siete. Para ello, les hicieron ordenar con el pico de menor a mayor los elementos que aparecían en una pantalla a cambio de una recompensa, y lo hicieron muy bien.

Palomas inteligencia

Hasta ese momento, sólo los monos habían demostrado estas habilidades con las matemáticas.

Por otra parte, en la Universidad de Iowa, las palomas mostraron que podían reconocer y clasificar objetos en 16 categorías distintas, de manera similar a como lo hacen los niños cuando están aprendiendo a hablar. Las aves eligieron entre 128 fotografías los símbolos que correspondían a cada objeto: cosas simples como árbol, teléfono, flor, sombrero, coche o perro. Aún así, ¡sorprendente!

Otro estudio de la misma universidad califica a las palomas como seres capaces de reconocer emociones en las personas, el tiempo y el espacio de manera combinada (ya que lograron relacionar la longitud de una línea con el tiempo que ésta permanecía en una pantalla), y tejidos mamarios cancerosos en imágenes de microscopio, con tasas de acierto muy elevadas. Sí, como los médicos, pero con mucho menos tiempo de entrenamiento.

Palomas microscopio

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